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Reportaje aparecido en Revista Atrévete Nº49, año 2000.

PROYECTOS EN ACCIÓN

Centro Leo Kanner
INTEGRANDO A TRAVÉS DEL ARTE

Por medio de talleres de plástica y música, 14 niños autistas están estableciendo vías de comunicación con su entorno.

"A los niños autistas les cuesta mucho sobreponerse a los cambios y a las exigencias, limitando su capacidad de comunicación con quienes les rodean; por eso necesitamos motivarlos a realizar actividades que apoyen su desarrollo y les permitan incrementar su relación con el entorno".

A Daniela le encanta pintar y su color preferido es el celeste. Cristóbal es inquieto y le gusta llamar la atención. Miguel Angel prefiere la música...

De esta forma, incursionando en diferentes expresiones artísticas, cada uno de los niños y jóvenes autistas que atiende el centro Leo Kanner, está desarrollando sus habilidades motoras y de comunicación, apoyado por el cariño y dedicación de los profesionales de la institución, en pos de su integración. Aún queda un largo camino por recorrer, pero gracias al uso de técnicas alternativas, una luz de esperanza está iluminando los rostros de los niños y sus familias.

Es que el autismo es un trastorno profundo del desarrollo, que se presenta como incapacidad para comunicarse o relacionarse y se manifiesta a través de alteraciones del comportamiento, que dificultan la inserción de quienes lo padecen, en actividades que no estén especialmente diseñadas para ellos. "Para estos niños -nos explica la directora del Centro y coordinadora del proyecto, Maricarmen Aguilera- el mundo es difícil, porque muchas cosas les son adversas. Les cuesta mucho sobreponerse a los cambios y a las exigencias, limitando su capacidad de comunicación con quienes les rodean; por eso necesitamos motivarlos a realizar actividades que apoyen su desarrollo y les permitan incrementar su relación con el entorno".

En este sentido, el Centro Leo Kanner desarrolló un proyecto que considera talleres de arte, música y plástica, beneficiando a 14 niños y jóvenes autistas, al generar espacios y vías que estimulen su capacidad de expresión y participación. La propuesta surgió de la observación permanente de los niños -que permitió determinar cuáles estímulos eran más efectivos- y de experiencias desarrolladas con éxito en Europa.

En grupos de no más de 4 niños, trabajan una amplia variedad de técnicas: pintura con pinceles, esponjas, plantillas, timbres, greda, etcétera, las que complementadas con musicoterapia, incentivan a los jóvenes a tomar contacto con el mundo exterior y a comunicar lo que guardan en su interior. "El arte y la música constituyen vías de expresión para los niños, -nos explica Maricarmen- nos sentamos con ellos y conversamos sobre lo que hacen; porque para ellos no es suficiente el lenguaje abstracto, necesitan imágenes y mucha información para entender lo que sucede a su alrededor, si no, se ponen inquietos, se angustian. El arte ha sido de gran ayuda en este sentido".

Pero el proyecto no termina en el ámbito de la comunicación y la expresión. El objetivo es más ambicioso. Utilizando las creaciones artísticas de los pequeños, busca desarrollar una instancia que les permita, en el futuro, generar sus propios ingresos a través de la venta de tarjetas de saludo y Navidad, calendarios, agendas, etcétera.